jueves, 27 de abril de 2017

Estrella, Torrestrella

Cronica de Sergio Maya
Día de competencia entre los jóvenes en la Real Maestranza de Caballería. Tres jóvenes aspirantes a comandar el escalafón a corto plazo se dieron cita en el coso del Baratillo para dirimir una batalla por ver quién se queda con el cetro de los jóvenes, habiendo un claro vencedor, José Garrido, ante un encierro de juego desigual y buena presentación de Torrestrella.

José Garrido firmó lo más destacado de la tarde. En el primero de su lote pudimos comprobar que el extremeño atesora un gran capote lleno de temple, gusto y sabor que hizo las delicias del público asistente. Garrido se fue decidido a la puerta de toriles para recibir el toro a portagayola, y después firmó una gran tanda de lances a la verónica abrochada con una media que paró el tiempo. También se gustó Garrido llevando al toro al caballo con un vistoso galleo por chicuelinas, y quitó al toro por delantales a la salida del caballo. En la muleta poco pudo hacer, ya que el toro se vino abajo y no permitió el lucimiento.

Con el cuarto de la tarde, el número 13 de Torrestrella de nombre "Ruidoso", Garrido consiguió realizarle una faena compacta y con dos tandas de derechazos con mando y mucho temple que consiguieron poner a los tendidos en ebullición. También suministró varias tandas por el lado izquierdo, aunque el toro fue bajando en emoción a lo largo que iba transcurriendo la faena. Garrido dejó grandes remates por abajo como varios cambios de mano y trincherillas que hicieron el deleite de los aficionados. El extremeño enterró la espada en este buen toro de Torrestrella permitiéndole cortar el primer y único trofeo de la tarde.

Álvaro Lorenzo sorprendió al gran público por su firmeza, serenidad y temple delante de sus dos toros. El primero de su lote fue el que le permitió expresarse más al toledano que consiguió una faena de temple y ligazón que arrancó los olés del público. La lástima fue la duración del toro, ya que el animal fue bajando la intensidad de la embestida, y con ello el lucimiento de la faena. Con la espada falló y esto le privó de un posible triunfo.

El quinto de la tarde fue un toro más complicado, sabía lo que se dejaba atrás, a pesar de ello Lorenzo nunca le perdió la fe e intentó exprimir al toro en todas sus embestidas, aunque apenas tuvo eco en los tendidos.

Por último, el jerezano Ginés Marín fue el que tuvo menos suerte en el sorteo en una tarde en la que él tampoco encontró darle la medicina adecuada a cada enemigo para conseguir mayor lucimiento. En el tercero de la tarde, Marín poco pudo hacer ante un toro sin clase, ni fondo pero con cierta movilidad, resultando por momentos una actuación muy atropellada con múltiples enganchones. Tampoco pudo brillar con el sexto, que tras clavar sus pitones en el albero maestrante pudo haberse lastimado a tenor de los andares que presentó el animal en el último tercio. En el haber del torero se pudo ver la firmeza de plantas y el valor que atesora este joven diestro.
Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.
Tercera de abono. Media plaza.

Toros de Torrestreslla. Destacó el cuarto de la tarde, premiado con una gran ovación. Buena presentación y dispar juego.
José Garrido. Silencio y oreja.
Álvaro Lorenzo. Silencio y silencio.
Ginés Marín. Silencio y silencio.

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