En las profundidades del
alma se guarda los mejores recuerdos, esos que a veces se entrelazan con las
emociones y recuperan vivencias y momentos que libera los sentidos del
secuestro aturdido que le procura ausencia. Por eso libérate, vacíate de todas
las emociones vividas. Entonces esos instantes encuentran el consuelo de no ser
océanos sociales en tu soledad, o viceversa. Aquellas experiencias siempre
tienen la fuerza de la vibración, la magia del duende que hizo único ese tiempo
que hace época. Esta es nuestra fortuna,
un caudal donde se sedimentan el arte del instante que te baña en nostalgia,
los instantes compartidos, ahora sí, nunca caerán en el olvido, porque se
convierte en abrazos de quien lo escucha. Tantos sentimientos encontrados,
tantos instantes vividos, tantos sueños correspondidos.
Desde cualquier rincón de esa antigua casa de la vieja Híspalis, se asoma al ventanal donde se puede ver las
espadañas de los conventos cercanos y las torres de las iglesias silueteadas en
el horizonte e incluso el medio arco o tejas maestrantes. Mantiene la
certidumbre de que allí, en la inmensidad del azul, o en el tupido velo
grisáceo de los días de otoño, perdurara su imagen. Te invito a pasarte horas
observando el paisaje, deleitándose con el sonido de las campanas que surcan el
aire. Busca tu rincón, incluso recuerda estas palabras, para sentir desde el
duro invierno, el tarareo de los vencejos o ese eterno café entre amigos que altera la sensación de misticismo que se
transfigura frente al balcón de tus sentidos.
Echa de menos la túnica y antifaz cofrade, los capotes doblados sobre el
burladero para empezar la lidia, la montera al aire para brindar una faena…. E
incluso en esa crueldad del recuerdo, se debe mover lentamente las
exageraciones que hacen generoso el consuelo, para que no te atropelle la
violencia del tiempo, ni la avaricia, envidia o apatía por tu sentir, porque
hasta esa melancólica hay que saberla saborear.
Magnolio de naturalidad
para tocar los brazos de la Esperanza, esa quizás sea la sensación de vaciarse,
después de vivir intensamente de nuevo un año con todos sus días y sabores. Así
se hace crónica para aceptar lo que se hizo entre la realidad y el deseo. No
rompas la factura de la cadencia, pues el ritmo es un swing que nunca debes
perder. Aún así, siente con fuerzas para sonreír porque guardas en el fondo de tu
ser, la imagen más bella de cada lustro o década, que hace de sonrisa
supurativa en los días, el tacto de tus manos cuando cubren los deseos amados
que se hacen realidad, y el mundo se desploma frente a ti en lo dificil, ella siempre
te recoge los trozos y los recompone, es el resultado de la Fe. Donde
permanecen los sueños, y se bañan con tu figura ya hecha página de esta vida llena
de felicidad y sufrimiento.
Se marcha un año 2016 y todas sus tradiciones Sevillanas bajan el telón.
Panteísmo de un sueño ya forjado que hace historia y marca sus días recordados donde hubo y haya tenido voz. Esa es la reina de
la vida…la palabra. Donde existió tertulia ella hizo pradera. Advierto que el trueno
del mensaje es el que le da valor al rubor.
Tragos de suspiros, que
fueron saciados, por la sed de meses pasados hasta nuestros días. Formando
palmera que de oscuridad a este 2016. Año de la misericordia donde tuvimos el
dolor por la muerte de Víctor Barrio y la alegría de una Puerta del Príncipe
por J.J Padilla. La esencia de un indulto por Escribano a cobradiezmos y la
tragedia de Soto el banderillero de la algaba con una pierna cortada. Mirar atrás
y acordarnos de una indulgencia hace medio siglo a la ganadería Albaserrada con
nombre de Laborioso y mirar al presente para ver la torería de una vida llamada
Rafael Torres, llevando aires trianeros.
Solamente pedir que lo que ancle
en un futuro, siga rozando las emociones a nuestra piel, pero siempre desde la
libertad. Que nos siga robando el corazón los instantes, la vida y la sencillez
de los momentos. Pero nunca los miedos. Prefiero seguir peinando la brisa de la
calma, que ya llegara la alegría para alborotarla. Por nuestros sueños y
quimeras…que sigan sabiendo a Libertad.